Hola mis apreciados todos.
Ya estoy de regreso en Colombia y estoy en ese proceso de
ajuste, tal vez cuando esté ordenada pueda escribir un post sobre eso.
Cuando inicié este blog quería que fuera un sitio de
encuentro al cual ir los lunes cuando estamos iniciando semana, llegamos a la
oficina y necesitamos hacer un poquito de pereza antes de comenzar en serio,
pues los que tienen trabajo y así –unemployed- y quiero que siga siendo ese
espacio.
Convenientemente tengo muchas cosas que me gustaría
compartirles, datos que considero importantes a la hora de viajar, curiosidades
sobre los países que visité, algunos tips y un montón de historias de esas que
le pasan al chavo y a mi.
Por todo lo anterior, estoy iniciando una mini serie escrita que muy originalmente
llamé: Euro Diaries, porque estoy segura que la palabra “Diaries” no hay sido
jamás utilizada para nombrar una serie o película. Cada una va a tener
anécdotas, datos, espero que fotos y por supuesto música. Espero les guste y
logre el objetivo de hacerlos perder el tiempo un poquito distrayéndolos de sus
ocupadas vidas. Un abrazo y aquí el Episodio Piloto.
A mi derecha está la puesta de sol y a mi izquierda justo
por mi ventana puedo ver campos de flores
amarillas extenderse más allá de donde puedo ver, pequeños pueblos y hermosas
construcciones en piedra.
Estoy en un tren rumbo a "mi casa" en Francia. A la habitación
a la que me he habituado ya por casi siete meses. Estoy igualmente fascinada
y exasperada con mi primer viaje “largo” en tren.
No me gusta el tren y esa idea la tengo desde hace rato en
la cabeza. Tal vez es porque no puedo dormir cuando comparto una mesa con
alguien y me despiertan al subirse o al bajarse, tal vez es que toma más tiempo
del que soñaba o tal vez es porque nunca encontré un
billete de tren barato a París –mientras todo el mundo sí- y muy probablemente es una combinación de
todas las anteriores.
Pero en es mi primer viaje de tren largo así que me
obligo a permanecer en calma y a mirar por la ventana, ver como el cielo
cambiaba de color, ver las pequeñas casas en medio de los campos y a leer. En
ese entonces estaba leyendo a Truman Capote y supongo que fue una bonita manera
de encontrar equilibrio entre lo que leía y la belleza exterior. Francia es un
país muy bonito.
Tengo problemas comenzando cosas, en ocasiones las comienzo
y me pierdo en el camino. Me lleva la inspiración para crear y carezco de toda
la mayor parte del tiempo, o eso me digo a mi misma.
Estos últimos meses he sentido la necesidad de escribir y
contar una parte de mi historia, no porque haya mucho de extraordinario, cada
uno tiene suficiente con su propia vida; sino porque realmente quiero compartir
algo con ustedes, algo especial y mi vida es especial para mi.
Vine a Francia para encontrarme y aún no sé lo que eso
significa. Ya estoy en el momento de los “adiós” con muchas de las personas que
conocí y le decía a una de ellas que estaba enamorada de la persona que
soy.
Ok. Pausa. Voy a dar más contexto porque la declaración por sí misma puede ser malinterpretada por un narcisismo
extremo. Aclaro: no creo en la perfección, no creo ser perfecta. Pero al igual que todos he vivido cosas no tan fáciles para llegar donde estoy y aunque soy consciente de lo mucho
que me falta por recorrer, estoy más cómoda en esta piel y en estos huesos que me
fueron prestados; y al haber vivido estos veintitantos, con lo bonito, lo hermoso, lo
azul y lo difícil entiendo por fin que hay cosas que nadie te puede regalar ni quitar.
El asunto con encontrarse
es que no hay forma correcta de hacerlo, no hay guía ni lista de chequeo; lo
único que se requieren en mi opinión son un montón de silencios y el doble de
experiencias. He tenido una buena dosis de ambos estando acá.
Así que aquí algunas experiencias.
Pero me estoy adelantando. La cosa comenzó el 20 de
septiembre de 2016 en el aeropuerto Bonilla Aragón de Cali…
Próximo Ep:
Don’t you worry child… just be comfortable.
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