Yo, hace unos meses |
Quiero comenzar diciendo que... Amo Eslovaquia. En serio. Espero haber hecho un poco de justicia con las fotos que tomé.
Ahora pasando a otra cosa...
Algo que quería compartirles es un poco de mi historia ¿cómo
llegué acá? Creo que ya que estoy por cerrar este capítulo es un buen momento.
Como muchos, yo también quería el Eurotrip. El problema
conmigo es que detesto (que palabra tan maluca, lo sé) los tours
“tradicionales”. No soy buena con la presión del tiempo en las vacaciones para
hacerme fotos, subirme, bajarme de buses y los grupos numerosos de personas que
se quejan sobre cualquier cantidad de cosas. No siempre es así, estoy exagerando.
Esto es obviamente un gran problema. Además de lo que dice
sobre mi personalidad está el pequeño detalle que los tours son mucho más
prácticos y salen a muy buenos precios.
Como no existen las coincidencias, estaba aprendiendo francés
y estaba en un momento particular de mi vida. Uno de esos que seguro han tenido
y si no, no se preocupen: les va a llegar. Renuncié a mi trabajo, tomé lo que
tenía, lo que me dieron mis papás y me monté en un avión muy grande para partir en la búsqueda de...
Cuando lo escribo así suena maravilloso. Como una de esas
películas de tv basada en un libro muy malo. No lo fue; fácil nunca
hace parte de este tipo de decisiones. Trabajé duro y fue de esa forma que he
podido explorar esta parte hermosa de este hermoso mundo, de la forma en que me
gusta: a mi ritmo.
He descubierto que ver el mundo es algo que me hace feliz y suena a lo
más trillado que una milenial puede decir, pero es la verdad. Ver el mundo,
hablar sus idiomas, conocer su cultura, escribir sobre ello, grabar y compartir
me encanta. Sé que es efímero y aunque saber esto no necesariamente me hace más
feliz, sí me hace valorarlo más. Ahora quiero saberlo todo sobre viajar, para
cuando esto termine –muuuy pronto-
quiero ser una “profesional”; me he aficionado a los libros de
viaje, a las películas e incluso leo los
libros con una nueva perspectiva. No quiero perderme nada. No quiero
remordimientos.
Yo no tengo ni idea de lo que viene cuando regrese a
Colombia; es lo que da miedo y emociona al mismo tiempo. A veces ese “no sé lo
que viene” se mete en el medio del presente y me toma unos segundos varias veces
por semana respirar, sacudir la cabeza y recordarme que hace año y medio qué me
iba a imaginar que habría explorado tanto. Tal vez Blake tenía razón en lo que
decía, ya saben la cita que dio el nombre a “The Doors” sobre la percepción y todo siendo realmente
infinito -háganle búsquenla, vale la pena-.
Tomó uno de los momentos más frustrantes para llegar aquí,
para dar ese “all in”, dar pausa a una parte de mi vida y asumir lo que venga
con eso. Y esa es la respuesta a la pregunta que seguramente nadie se posó
sobre mí.
Ok. Es posible que esté rumbo a algún lugar y tal vez mientras voy puedo hacer una lista de las
cosas que quiero comer cuando regrese a Colombia, ¿ideas? ¿Qué dicen sobre una
aventura más?
Con cariño y la más bonita de las energías hacia ustedes.
L.
BS: Papyllon (album 2017)
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