EL CLUB DE LOS ESTEREOTIPADOS

Las películas son una gran parte de mi vida, además de brindarme horas enteras de entretenimiento, me inspiran a través de situaciones de la vida. Estaba buscando algo ligero, agradable y divertido para ver… y sí, no es fácil encontrar algo así en estos días –algo que no involucre un gran cliché- así que me fui al pasado, a los 80’s y me vi The Breakfast Club.

Si has visto la película, sabes que básicamente trata sobre 5 jóvenes (que en apariencia no podrían ser más diferentes) que son arrojados juntos en detención un sábado –sí, un sábado-. En sus propias palabras: un cerebrito, un atleta, un caso perdido, una princesa y un criminal.

Así es como el mundo los veía, pero no es todo lo que eran o quienes eran en realidad. Como suele pasar, eran unos incomprendidos, juzgados por unos clichés “socialmente aceptados”. Eventualmente cada uno de ellos terminó convencido que eso era todo lo que eran. Se convencieron que la esencia de sus personalidades cabía en una palabra, y eso apreciados todos, no es cierto.

Nuestro cerebro siempre está buscando entender las cosas, es muy inteligente y bueno en eso. En ocasiones es demasiado bueno para nuestro propio bien, porque con esa necesidad de poner nombres, terminamos creando cajas con etiquetas y metiendo a otras personas en ellas.

Esto no es bueno por dos razones que me vienen a la mente inmediatamente: la número uno, es que nos perdemos de conocer a la gente como realmente son, no nos permitimos ser sorprendidos –en una buena manera – por sus personalidades; y la número dos es aún peor en mi opinión. Cuando alguien es estereotipado todo el tiempo, pierde la motivación para mostrarse como es realmente e incluso puede llegar a actuar como es percibido solo porque ya no le importa.

Así que, aunque los estereotipos parecieran una manera fácil de comprender las cosas, hay que saber que lo fácil no siempre es bueno y somos más que una palabra ¡somos reales!

Siguiendo por la misma línea de no definirse en una palabra, termino este post con una frase que me encanta, del escritor caleño Andrés Caicedo (otra víctima del “estereotipamiento”).

“Tú, no te detengas ante ningún reto. Y no pases a formar parte de ningún gremio. Que nunca te puedan definir ni encasillar.”  ¡Que viva la música!


 BS: Don't you (forget about me) Simple Minds 
Take on me     A-ha
500 Miles  The Proclaimers

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